miércoles, 29 de julio de 2009

El paraíso aun perdido de los palestinos

El paraíso aun perdido de los palestinos


Después del reportaje en el canal 2 de televisión española, en Documentos TV sobre suicidas palestinos, decidí escribir sobre el tema en cuestión.


Nos vendían que los pobres palestinos se inmolaban por el sufrimiento que el cruel Estado de Israel sometía a su pueblo. A su pobre pueblo. Su humillado pueblo. Una humillación provocada siempre por el usurero judío y ladrón de tierras.
Que se inmolaban, o nos decían que se inmolaban, porque eran pobres y no tenían educación, ni comida, ni casa, ni ejército, ni tanques, ni aviones, ni armas capaces de enfrentarse al sanguinario ejército judío. Que su única arma era el suicidio contra el invasor sionista. Un arma en muchas ocasiones menor de edad. Cuanto menor era el chaval mejor se le podía lavar el cerebro, de la misma forma que se lavan las manos los medios de comunicación.
¿Acusan al Estado de Israel de asesinar niños palestinos, cuando ellos mismos practican un auto-genocidio contra su propio pueblo? Como Mohamed Basharat que con 16 años trató de asesinar a más de 50 judíos en un autobús en julio de 2001, pero que Menashé, el conductor del autobús evitó al empujarlo hacia el suelo (historia que se muestra en el documental). Hasta 2019 no saldrá de prisión.

Tiempo después, gracias a la astucia y firme decisión del ex-Primer Ministro Ariel Sharón al construir la Valla de Defensa, el número de ataques suicidas se redujo de forma tan drástica que hoy día podemos respirar tranquilos sabiendo que el Estado Judío está protegido ante ese tipo de ataques rastreros tan cobardes dignos de una mente enferma, donde bien podían morir un bebe, una anciana o un militar.

Y todo por una estúpida utopía. Un Paraíso perdido con 70 vírgenes. Viva el egocentrismo palestino. Que poco vanidosos. Por eso les peinan, les duchan, les visten bien. No para pasar desapercibidos entre los israelíes, es decir, ente la gente civilizada. No. Les ponen guapos para estar presentables y copular con sus 70 esclavas una vez haya explotado en algún autobús, bar, discoteca, restaurante o panadería atestada de judíos.
El Paraíso que no pueden conseguir en la tierra (palestina), por su ineptitud, por la carencia de civismo incluso entre ellos mismos, por sus ganas de asesinar judíos por doquier y sus ansias de venganza de “arrojar a todos los judíos al mar”, creen lograr su paraíso perdido mediante el suicidio.

Cerdos y falsos mártires que viven mejor en las cárceles israelíes, con comida, agua, luz (etc) que en sus mugrientas barriadas en Cisjordania o la Franja de Gaza donde ya ni de hambre mueren sino de rencor. Como un cáncer que va comiéndoles por dentro y les nubla ya no la vista, sino lo único que nos diferencia entre animales y hombres; saber qué está bien y qué está mal.

El pueblo palestino está herido de muerte por sus propios líderes, quienes han enseñado a sus hijos a morir matando.


David Adael
29 de julio de 2009

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