martes, 29 de enero de 2008

Una vida cien muertes

Una vida cien muertes

Curiosa la justicia de muchos países árabes. En Arabia Saudi por ejemplo si un terrorista es arrestado por matar a una treintena de personas este puede librarse de la pena si se sabe de memoria el Corán. Ello demuestra que el terrorismo árabe (mal-llamado terrorismo internacional) jamás desaparecerá si no es con ayuda de occidente. En Marruecos (ya que tras los atentados se habla mucho de este país) si acontece el nacimiento de un miembro de la familia real el monarca manda excarcelar a centenares de presos. Muchos con delito de sangre (léase terroristas). Luego llorarán porque esa gentuza se inmole dentro de sus fronteras. Pues no me extraña en absoluto que los dos últimos atentados en Argel y los fallidos en el país vecino sean de expresos que fueron liberados de forma tan estúpida.
De leyes estúpidas está el mundo lleno y el problema está en que no nos atrevemos a endurecerlas un poquito. Eso nos haría ser "dictadores" y los amigos de la palabra libertadse enfadarían. Pero seguirán estrechando las manos manchadas de sangre de líderes extranjeros, tomando su cafecito y su naranjada. Los llamados "moderados". Y es que España se está metiendo en una cueva muy oscura. Tanto que ya ni vemos el problema. Cambiamos de canal con una facilidad asombrosa. Marruecos y Argelia no están en Afganistán. O en Irak. O en Israel y palestina. ¡Está cruzando un estrechito! Casi todo el terrorismo entra por el. Se sabe que en España hay al menos mil hombres dispuestos a alcanzar su martirio. Inmolarse. Mil. Muchos de ellos se entrenan en suelo español, vuelan a Turquía y pasan la frontera de Irak donde "vuelan" pero por los aires.
Claro que no todos hacen ese recorrido. Los más "desgraciados" son los pobres deficientes mentales. A los que las familias les entregan a los terroristas para inmolarlos. Algunos también los secuestran a la espera de que salgan de sus colegios o de sus hogares. Al menos eso es lo que nos afirman los periódicos. Que una ONG anónima lo descubrió recientemente. Y la ONU calla...

Está visto que para ir al paraíso cualquiera puede. Hombres, mujeres, niños (también bebes), ancianos y deficientes mentales. Si existe tal paraíso que lo dudo muchísimo será algo parecido a una manifestación del foro de la familia...

David Adael
desde el exilio
17 de abril de 2007

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